Prevención

 

Hablar de prevención en drepanocitosis significa abordar dos aspectos: por un lado evitar nacimientos de niños que vengan a sufrir de por vida el flagelo de la enfermedad, y por el otro, hacer todo lo necesario para que las personas que la padecen tengan la mejor calidad de vida posible. Así, quienes son portadores del gen anormal, es decir, los que tienen hemoglobina AS, deben recibir orientación genética antes de tomar la decisión de tener hijos.

 

Por su parte, quienes tienen la enfermedad, es decir que su hemoglobina es SS, o cualquiera de las otras variaciones (SC o S B-Tal), deben implementar medidas preventivas, ya que el proceso constante de vasoclusión característico de la condición crónica de la drepanocitosis, así como su agudización frecuente (crisis vasoclusivas) en los casos severos, más la sobrecarga de hierro (hemosiderosis) resultado de las transfusiones sanguíneas indicadas en el tratamiento clínico, conducen a una alteración seria e irreversible de prácticamente todos los órganos y sistemas del organismo, razón por la que la drepanocitosis es considerada una enfermedad multisistémica y discapacitante.

 

Sencillas medidas de la vida cotidiana que tienen que ver con la formación de hábitos saludables y un control médico especializado periódico, ayudarán a paliar la gravedad de los daños orgánicos ocasionadas por la drepanocitosis a lo largo de tiempo.

 

Controles clínicos y hematológicos
 

Mantener un control médico regular (cada 6-12 meses o con la frecuencia que amerite), que incluya los siguiente:

 

  • Esquema de vacunación y profilaxis antibiótica completa en la infancia (desde los tres meses hasta los cinco años).

  • Si es preciso penicilina hasta la edad adulta, e indefinidamente en quienes han sido esplenectomizados quirúrgicos y en aquellos con infecciones recurrentes por neumococo.

  • Pruebas de laboratorio (hemograma, otros).

  • Radiografía de tórax.

  • Función pulmonar.

  • Electrocardiograma (ECG) y ecocardiograma.

  • Eco-Doppler Transcraneal.

  • Eco-abdominal.

  • Función renal.

  • Fondo de ojo.

  • Revisión odontológica.
     

Vida cotidiana:
 
  • Adhesión al tratamiento medicamentoso prescrito (hidroxiurea, ácido fólico, otros).

  • Estilo de vida saludable: buena alimentación, ejercicio fìsico moderado, no vicios (licor, drogas, fumado).

  • Evitar la exposición a cambios bruscos de temperatura (frío o calor).

  • Ingerir líquidos para evitar la deshidratación.

  • Evitar el estrés físico y/o emocional (ejercicio excesivo, emociones fuertes negativas o positivas).

  • Evitar golpes, caídas.

  • En general, cualquier factor que reduzca la cantidad de oxígeno presente en la sangre y que por lo tanto acelere la destrucción de los glóbulos rojos y los procesos de vasoclusión  (como por ejemplo, piscinas de agua fría, vuelos en aviones no presurizados, lugares de gran altitud como volcanes o montañas). 

 

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